¿Sabes por qué el Monopoly era el juego más popular para las familias hasta hace unos pocos años? Monopoly era el juego que antes enseñaba a los niños a gestionar el dinero.
Porque les enseñaba una cantidad de lecciones súper importantes sobre el dinero y al mismo tiempo lo pasaban fenomenal.
El Monopoly les enseñaba a presupuestar, a utilizar el efectivo, a gastar, y conceptos como «planificar» o «alquilar».
Experimentar físicamente con el dinero era lo que les permitía a los niños aprender a manejarlo.
Hoy vivimos en un mundo con finanzas virtuales, monedas virtuales y transacciones que ni se ven pero que le dejan a uno sin blanca.
Y ¿Qué ha pasado con el Monopoly? Pues que ha seguido la misma estela. Monopoly ¡Ya no tiene dinero!
Ya no mola. No puedes hacer todos esos montoncitos y contar todos los billetes, ir viendo cómo se acumulaba o cómo se lo tenías que dar a tu primo porque tenía todas las calles con todas las casitas.
Ahora pagas … con una tarjeta de crédito o lo que es peor, con banca electrónica. Hay un montón de nuevas versiones, pero todas tienen algo malo en común. Ya no ayudan a aprender educación financiera.
Al contrario, les enseñan malos hábitos.
No tener acceso a efectivo, en la vida real o en el juego, hace que sea mucho más difícil enseñar a un niño sobre dinero y sobre cómo gestionarlo.
Si quieres que tus hijos aprendan sobre dinero, sobre cómo gestionarlo correctamente y que en el futuro no tengan los problemas económicos que tienen hoy las familias que no consiguen ahorrar nada, te animo a que entres en EDUCACIÓN FINANCIERA PARA NIÑOS.
El programa que te dará todas las herramientas y los pasos EXACTOS que debes seguir para enseñar a tu hijo, tenga la edad que tenga, a gestionar y valorar el dinero y el esfuerzo que cuesta conseguirlo.
>> FINANZAS PARA NIÑOS <<
Las compañías de juegos cada vez ponen más dificultades a los padres para que enseñemos a nuestros hijos cosas que antes era mucho más fácil que aprendieran.
Entra en FINANZAS PARA NIÑOS y enseña a tus hijos, sea la edad que sea, a manejar el dinero y que no cometan los errores que tantos adultos hemos cometido con él.